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PRATT, Mary Louis. Ojos Imperiales. Cap VI y VII

Publicado: 2011-01-14

La tesis principal de Mary Louis Pratt es que los relatos de viajeros de inicios del s.XIX fueron decisivos en la configuración de la nueva identidad de las naciones Sudamericanas, las cuales atravesaban un proceso de independencia de España y de apertura al resto de Europa, configurando una reinvención del nuevo continente en ambos lados del Atlántico.

El capítulo seis está enfocado en el viaje de Alexander von Humboldt, naturalista alemán que pasó a la historia por sentar las bases de esta reinvención a través de la voluminosa obra literaria que produjo, la cual alimentó la visión expansionista de las élites económicas europeas y las pretensiones de poder de la nueva aristocracia independiente de Hispanoamérica. Sin duda el contexto en el que se desarrolló el viaje estaba caracterizado por el de una situación política bastante compleja en el que españoles, criollos, mestizos, indios y esclavos estaban reconfigurando su jerarquía en este nuevo marco independentista alimentado por el capital y esfuerzo noreuropeo.

Es por ello que Carlos IV, rey de España, otorga a Humboldt y Bonplandt carta blanca para recorrer las posesiones españolas en América, quizá a la espera de usar esa información para sostener un poder que se le iba de las manos. Los expedicionarios llegan a Venezuela en 1799 y recorren varias ciudades hasta su regreso a Paris en 1804. Una vez ahí, dice Pratt, Humboldt se dedicó a difundir su experiencia a través de exposiciones, conferencias y discursos, pero principalmente a través de un legado literario que suma 30 volúmenes titulado Travels to the Equinoctial Regions of the New Continent, una obra enciclopédica de magnitud y costo enormes.

Lo que finalmente hizo el autor fue reinventar América desde América, a través de su nueva apertura hacia Europa y en relación directa con la descripción de su naturaleza, una de orden gigantesco y salvaje, omnipotente y poderosa, llena de fuerzas vitales, muchas de ellas invisibles, superiores en tamaño al hombre que, frente a ésta, es empequeñecido. En ese sentido la narración que utilizó está marcada por una constante estetización de los datos objetivos y de la descripción analítica, para destacar el dramatismo de lo sentido frente a los escenarios visitados. Lo humano se elimina para dar paso a una armonía natural, si bien sus vestigios forman aparte de la descripción, el único ser presente es el viajero europeo.

La visión de América del Sur está representada en el volumen Views of the Cordilleras, que estableció la triada icónica de montaña, planicie y jungla, todas en estado virgen que van a permitir un proyecto de intervención transformador desde Europa, se trata de una retórica que legitima las pretensiones colonialistas de las naciones imperiales. A pesar de ese discurso de la naturaleza inexplorada y virgen, Humboldt y compañía nunca se salieron de la ruta trazada por la infraestructura colonial. En todo caso, con Personal Narrative, Humboldt retoma este camino influenciado por la teleología euroexpansionista que presenta al habitante americano como un mero instrumento en el proceso de expansión económica. Este acercamiento también es coherente con la actitud frente a los descubrimientos arqueológicos, legado de las poblaciones amerindias que habitaron el espacio y que  son salvajes a los ojos del alemán. Bajo ese criterio, sus restos arqueológicos son incomparables en relación a las obras del mundo clásico. Si se revive algo de su historia se hace en función de una cultura muerta, cuya vigencia ya terminó hace mucho. A pesar de ello Humboldt cumple un rol importante en el proceso de transculturación pues ve a través de los ojos de sus guías y redacta sus libros en función del contacto, por ello transculturó a Europa conocimientos concebidos en América que luego serían reimportados nuevamente, una dinámica que se presenta desde el estilo romántico de los libros de Humboldt hasta la discusión de los intelectuales hispanoamericanos sobre la concepción de la naturaleza y los alcances de la esclavitud.

El capítulo siete nos presenta las consecuencias directas de la fama que alcanzó el viaje de Humboldt y sus relatos. A partir de él, y en función del a apertura de puertos en América del Sur, muchos viajeros europeos se enfrascaron en una carrera de avanzada por visitar y explotar las ex posesiones españolas. A este grupo se le llamó la vanguardia capitalista pues cumplían un objetivo claro, servir de tasadores que inventariarían los recursos y posibilidades de explotación que se presentaban en los nuevos territorios. Si bien fueron enviados por los inversores de las principales bolsas del viejo continente, este proceso fue avalado e incentivado también por las élites nacionales que esperaban fortalecer las relaciones económicas con los países noreuropeos, un objetivo que cumplen pues hacia 1890 varios países de la región dependían económicamente de la Gran Bretaña.

El relato de estos viajeros se aleja del de Humboldt en el sentido en que la naturaleza como una suma de fuerzas invisibles deja de tener interés, lo que se quiere ahora es entrever las posibilidades logísticas de la explotación y en ese sentido la sociedad hispanoamericana está representada como un obstáculo para el avance europeo. La narración es antiesteticista pues no tiene importancia sentir esa magnificencia sino cuantificarla, además cobra importancia realizar una negación de las facultades de los habitantes para explotar sus recursos, lo que justificará la explotación europea o por lo menos su arrebato. Tienden entonces a representar el espacio como una maquinaria dormida en manos de un americano atrasado e incapaz, sin los avances tecnológicos necesarios pero también feos y sucios. Se trata entonces de un evento que es inevitable, es necesario y por ello los textos interpelan al accionar a pesar de sus contradicciones, como en el caso de los beneficios encontrados en la vida del interior, la fortaleza de ciertos habitantes y el espíritu libre de la sociedad pampina.

Las mujeres europeas que formaron parte de este proceso fueron llamadas las exploradoras sociales. Entre ellas destacan principalmente Flora Tristán con su experiencia en Arequipa y Lima, y Maria Graham, curtida viajera inglesa ilustrada que arribó a Chile. Ellas, a diferencia de sus pares hombres, partían de una experiencia desde el interior (de las casas pero también de sus personas), desde el que construyeron su narración de las sociedades visitadas. Sus textos están caracterizados por un fuerte interés etnográfico en donde los ambientes domésticos cobran más importancia y a través de los cuales se hace un recorrido transversal de las relaciones humanas y el acontecer político. La crítica está centrada en las instituciones que deben velar por los sectores más marginados pero también está asentada en las diferencias de clase que las separa, inclusive de sus huéspedes. E

Ellas se ubican en una posición de supremacía moral y cultural, privilegio europeo, que les permite emitir juicios sobre la situación social y económica, e inclusive sobre aspectos estéticos de la cultura. Es por ello que el relato está organizado fuera de la descripción estadística y sistemática propia del viajero oficial, se trata de uno de corte realista, no sentimental, que permite un estilo más novelístico, es por ello una critica a la retórica de la Vanguardia Capitalista. La obra de Tristán permite además fundar feminotopías protagonizadas por las rabonas y las tapadas, mujeres que, si bien son ignorantes, gozan de una libertad propia de su autorepresentación. Lo de Graham, por otro lado, se trata más de la construcción de una antiutopía feminista.


Escrito por

Ángel Colunge

Interesado en la fotografía, el cómic, el cine y diversos aspectos de la cultura visual.


Publicado en

A 300 000 Km por segundo

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