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TELLO, Julio C. - Páginas escogidas

Publicado: 2011-01-14

El texto de Julio C. Tello es un conjunto de discursos y ensayos elaborados a los largo de su carrera profesional, enunciados en circunstancias meritorias para la arqueología peruana. Es por ello que casi siempre adquieren una tónica exhortativa que busca la reivindicación de un pasado precolonial con el fin de consolidar la idea de una nación contemporánea.

La Sociedad Peruana y su Civilización es un discurso pronunciado en 1933 durante un homenaje realizado por sus amigos. Allí, Tello plantea un problema social que tiene como foco al indio peruano, entendido como un elemento racial diferente al resto europeo, ignorado y malentendido sobre la base de la ignorancia de su historia y los prejuicios. En ese sentido se busca su origen en un pasado anterior al de los incas, en ese conjunto de naciones organizadas y libres que se articularon alrededor del sistema de Ayllus, de la conquista de la tierra y de su concepción del oro (que a la postre sería también el objeto de su perdición). Estas tres variables se engranaban a su vez en una sola filosofía, la del ayllu como el trabajo de la tierra, realizado en forma libre y recíproca por una comunidad, cuya transformación permitió el desarrollo de vías de comunicación, el comercio y el orden económico. En ese contexto, el oro representó para esos pueblos el más sublime de los productos de la tierra, por eso fue destinado a la manifestación artística, íntimamente ligada a su espiritualidad, lejos de una pretensión mundana de intercambio comercial. Nada más contrario al interés que el europeo conquistador tenía del mismo producto y que lo llevó a saquear y explotar el sistema nativo. De acuerdo a Tello, la difusión y comprensión de esta triada permitirá finalmente conciliar el pasado y presente indígena, reivindicar su “raza” e integrarla a un ideal de nación peruana.

Esta línea de pensamiento está presente también dos años antes, en la inauguración del Museo de Arqueología Peruana, en cuyo discurso establece los objetivos de esta institución. Por un lado conservar los restos, el objeto material e inmaterial del pasado peruano, pero también se impone las tareas de investigar, educar y difundir los hallazgos y descubrimientos de manera que se pueda “despertar un espíritu solidario de grupo” para forjar una identidad nacional. No escapa tampoco a este propósito la reivindicación del que llama “el hombre semi-esclavizado”,  el indígena de pasado glorioso, caído en desgracia por su ignorancia, pero también por la de sus opresores.

En función de ello propone en otro texto que se requiere de un grupo de arqueólogos profesionales, con una actitud adecuada de aproximación a la Antigüedad, diametralmente opuesta a la realizada por los conquistadores, que, con sed de oro y fanatismo religioso, saquearon y destruyeron la infraestructura nativa, a la par que realizaron un recuento sesgados de lo que encontraban, estandarizado a su locus de enunciación y alejado de un método crítico. Tampoco puede conciliarse con el vandalismo del wakero, interesado en comercializar el artefacto exótico con compradores europeos, ávidos de llenar sus gabinetes de curiosidades. El acercamiento adecuado está alejado de una arqueología como sistema de acaparamiento de antigüedades, a modo de pseudo ciencia. Es más bien un aprovechamiento en el uso de sus datos, de recurrir a métodos de investigación científica que permitan una reconstrucción histórica y un estudio adecuado de la cultura material y del terreno. Por ello se trata de una arqueología de campo que obliga a salir y explorar, a conocer in situ. Se trata de una visión moderna, fundada por Uhle y seguida por Tello.


Escrito por

Ángel Colunge

Interesado en la fotografía, el cómic, el cine y diversos aspectos de la cultura visual.


Publicado en

A 300 000 Km por segundo

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