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Respaldando la invención: Machu Picchu en los reportajes noticiosos

Publicado: 2011-10-19

El Cusco es un espacio que cobra renovado interés cada cierto tiempo. Es el destino de peregrinos de diversas nacionalidades que desean vacacionar entre sus muros, cuna del único club del fútbol peruano que ha obtenido un campeonato Sudamericano, origen de diversos movimientos campesinos, entre otras cosas. Tal como lo demuestra la investigación realizada por Yazmín López-Lenci[1], el interés del mundo moderno por el Cusco se remonta a los viajeros de fines del S.XIX e inicios del S.XX, entre los que destaca el explorador norteamericano Hiram Bingham, por la visibilidad que ganó al anunciar el descubrimiento del sitio arqueológico de Machu Picchu. Este año se cumplen cien años de ese evento y nuevamente, tal como lo hiciera la National Geographic Magazine en su momento, los canales nacionales han puesto el tema en la palestra mediática a través de una programación noticiosa cargada de reportajes alusivos. He seleccionado dos de ellos para delinear una hipótesis de por qué es que se trata el tema de Machu Picchu en la manera en que se hace.

El primer reportaje que analizo se transmitió el 27 de marzo del 2011 en Cuarto Poder, programa noticioso estelar de América Televisión, su duración es de diez minutos y se titula Machu Picchu bajo el sol. Si bien resulta un poco caótico en términos de estructura, el reportaje se articula en torno a un homenaje a Machu Picchu realizado en Miami, en el marco de un evento que fomentaba la industria turística y el intercambio comercial entre el Perú y los EE.UU. El video muestra, a través de las entrevistas y las actividades del evento, cómo es que la ciudadela es el principal motivo de orgullo para los peruanos en el exterior. Resulta llamativo que este reportaje también se ocupe de la comida como fuente del orgullo nacional, llegando inclusive a mostrarnos un plato con la forma del sitio arqueológico.

El segundo reportaje, titulado Redescubriendo Machu Picchu, tiene una duración de 13 minutos,  proviene del programa Punto Final, emitido por Frecuencia Latina, y data del 23 de enero del 2011. Éste también tiene un enfoque desde el turismo, pues nos muestra una hoja de ruta de una visita a Machu Picchu, enunciada por un reportero que hace de viajero, y que ofrece a los espectadores un discurso explicativo con pretensiones científicas. De tanto en tanto aparecen también informantes oficiales que respaldan lo expuesto, además de declaraciones positivas de turistas de diversas partes del mundo.  La infraestructura turística es expuesta acompañada del costo de cada uno de los servicios. En este video es muy importante la mención a Hiram Bingham como descubridor.

Ambos reportajes abordan el tema de manera positiva y dan por sentado que hubo un descubrimiento y por lo tanto un descubridor. En ambos casos se muestra la empatía y aprobación de los extranjeros, así como la buena situación del sector turismo en la zona. Otra de las coincidencias radica en el uso de la conocida imagen de la ciudadela desde la Casa del Guardián, una imagen desde arriba, que abarca los vestigios arqueológicos y el paisaje, un punto de vista que domina y posee. En ningún momento se encuentra una voz diferente que no celebre la atención que se le da a Machu Picchu, algo que ha sido una constante en casi todos los especiales que se han transmitido en la televisión nacional.

Estos reportajes apelan al orgullo de ser peruano a partir de Machu Picchu, apelan a un supuesto punto en común que todos compartimos, ya sea que estemos aquí o fuera del país. Por ello se busca promocionarlo como destino turístico, por ello se busca “redescubrirlo” o ponerlo “bajo el sol”, porque es nuestro, nos une y otros lo admiran. La edición rescata justamente ese enfoque, mostrándonos la experticia de los profesionales del sector turismo, la admiración de los extranjeros y el orgullo desbordante de los peruanos de a pié.

Se desprende entonces una pregunta apropiada desde la antropología de los medios, ¿son estos reportajes muestra de una agenda de ciertos grupos de poder? Para respondernos quizá ayude revisar el contexto del origen de Machu Picchu en los medios, un ámbito que tiene menos de cien años y que empezó con una edición especial de National Geographic.

Tal como lo describe López-lenci, Cusco a inicios del S.XX era un escenario en donde la política museológica era casi inexistente. Allí es que Bingham se catapulta como el oportunista dispuesto a conquistar un espacio disponible. Su objetivo inicial era el de convertirse en la primera persona en escalar lo que él creía era el nevado más alto de América, el Coropuna, tal es así que cuando llega a Machu Picchu, el 24 de julio de 1911, toma algunas fotos y continúa con su viaje pues no tenía mucho interés en el sitio arqueológico. En diciembre de 1911 presenta sus logros a la sociedad norteamericana pero pronto tiene que cambiar su atención a Machu Picchu en la medida en que se concluye que el Coropouna no era el nevado más alto de la región. Es así que en el banquete anual de la National Geographic Society de 1913 redefine su logro al descubrimiento de Machu Picchu, cuna de la civilización americana, un espacio conceptual que el gobierno norteamericano había estado buscando desde hacía años para empoderar su posición frente a Europa. En ese sentido López-Lenci nos acerca a un escenario mucho más parecido a las elucubraciones conspirativas de Chomsky en su tan celebrado y conocido Manufacturing Consent, un escenario en el que estamos ante un proyecto filtrado a partir de políticas de Estado y de una relación condescendiente al servicio de los grupos dirigentes. Si bien no se puede afirmar con total seguridad, lo de ahora no parece ser parte de una política ideológica identitaria, sino el curso lógico de una industria televisiva que no está acostumbrada a investigar, que se mantiene ignorante, alienada y efectista, que apela a repetir la fórmula que Robert Stam reconoce en el cine imperial[2], la glorificación del dominio del espacio y la conquista de los elementos naturalizados. En ese sentido, los peruanos somos dueños de Machu Picchu, somos dueños de nuestra comida, hemos conquistado la naturaleza y su historia pasada, la hemos domesticado para usufructuarla con el turismo, la quiere el mundo y nosotros la proveemos, somos los administradores y allí radica nuestro orgullo.

Quizá por eso los medios no cuestionan la invención del descubrimiento que realizó Bingham, porque preferimos seguir creyendo que su descubridor sabía desde un inicio lo maravilloso que eran los restos, porque queremos sentirnos orgullosos de algo, porque nuestra autoestima nacional necesita de una reivindicación desde afuera, porque nuestra autoestima nacional no puede mirar a futuro sin mirar al pasado. Si es así, quizá estos reportajes tienen una idea muy clara de la comunidad peruana y de qué pié cojea la construcción de su identidad. En todo caso, se trata de un proceso que los medios han colocado en un espacio público desespacializado, como indica Thompson[3], un espacio público que ha enfatizado lo visual como forma de control y dominación, pero también como un elemento que inyecta una ilusión democratizante, de que todos somos hijos de Machu Picchu, que todos somos dueños y que todos estaremos eternamente agradecidos por su descubrimiento.

[1] LÓPEZ-LENCI, Yazmín. El Cusco, paqarina moderna: cartografía de una modernidad e identidades en los Andes peruanos (1900-1935). Lima: UNMSM, 2004

[2] STAM, Robert y Ella SHOHAT. “El imaginario imperial”, en: Multiculturalismo, cine y medios de comunicación. Barcelona: Paidós, 2002

[3] THOMPSON, John. “La transformación de la visibilidad”, en: Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós, 1998


Escrito por

Ángel Colunge

Interesado en la fotografía, el cómic, el cine y diversos aspectos de la cultura visual.


Publicado en

A 300 000 Km por segundo

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